Ecoaldeas
y Comunidades Sostenibles
(Modelos para el siglo
XXI)
Selección
de artículos presentados en la Conferencia “Ecovillages and
Sustainable communities: Models for the 21st Century”, celebrada en
la Fundación Findhorn en octubre de 1995, a la que durante una
semana asistieron alrededor de 400 personas de 40 países para
compartir sus experiencias sobre el tema.
- POR QUÉ ECO-ALDEAS, por Robert Gilman
- EL AGLUTINANTE DE LA COMUNIDAD: PROCESOS DE COOPERACIÓN por Glen Ochre.
- DEFINIENDO NUESTRO PROPIO DESTINO: REVITALIZAR CIUDADES Y PUEBLOS, por Jill Jordan.
- DE LA ALDEA GLOBAL A UN GLOBO DE ALDEAS, por Helena Norberg-Hodge.
- CRISTAL WATERS, UNA ALDEA DE PERMACULTURA EN AUSTRALIA,por Max Lindegger.
1. ¿POR
QUÉ ECOALDEAS? por
Robert Gilman
Después
de trabajar como astrofísico para la NASA hace 25 años, Robert
Gilman decidió que "las estrellas podían esperar, pero el
planeta no". Desde entonces se ha dedicado al estudio de la
sostenibilidad global, a la investigación de visiones futuras y a
las estrategias de cambio social positivo. Junto a Diane Gilman, es
fundador del "Context Institute" y de la revista “ In
Context”.
Robert
y Diane Gilman. Context Institute,
P.O. Box 10396. Bainbridge Is/and, Washington 98110 EE.UU.
rgilman@context.org o dgilman@context.org
P.O. Box 10396. Bainbridge Is/and, Washington 98110 EE.UU.
rgilman@context.org o dgilman@context.org
Antes
de entrar en "¿Por qué ecoaldeas?" quisiera empezar por
la cuestión de "¿en qué momentos de la historia nos
encontramos?" Veamos dónde nos encontramos físicamente.
El cuadro adjunto abarca del 1900 al 2100. Nos encontramos donde las líneas se quiebran. Hasta ese momento, habían crecido exponencialmente y lo seguirán haciendo hasta un punto que los teóricos de sistemas y ecologistas llaman "saturación y colapso".
El cuadro adjunto abarca del 1900 al 2100. Nos encontramos donde las líneas se quiebran. Hasta ese momento, habían crecido exponencialmente y lo seguirán haciendo hasta un punto que los teóricos de sistemas y ecologistas llaman "saturación y colapso".
Cuando
alguna parte de un sistema crece tanto que destruye y mina los
recursos de los cuales depende, pierde su capacidad de
auto-sostenimiento y se colapsa. Este es un fenómeno muy familiar
para los biólogos. No hay indicio alguno de que los humanos como
especie nos libremos de este fenómeno. Esto está representado por
la línea de puntos.
DOS
FUTUROS POSIBLES:
Desarrollo
sostenible versus Negocios convencionales
Política y cambios de
actitud que podrían, a partir de 1995, conducirnos a un futuro
sostenible
Tecnología
- Confianza decreciente en los recursos no-renovables por unidad de producción industrial (reducida ésta a la mitad en 20 años, al aumentar la eficiencia y el uso de renovables)
- Tecnologías agrícolas mejoradas y conservación del suelo
- Inversión decreciente en control de la contaminación (tasa de contaminación reducida a la mitad en 20 años)
Consumo
- Producción industrial per capita limitada a los niveles aproximados de 1995. El nivel de vida sube con productos de más larga vida.
Población
- Acceso total a los métodos de control de natalidad
- Cifra media de hijos por familia: 2
- Aumento de la inversión en servicios de tipo humano (50%
Lo
positivo para mí está representado por la línea continua, los
cambios que podríamos hacer los humanos en el terreno físico. Puede
que no sean cambios fáciles en el plano social pero sí en el
físico. Son cambios en la tecnología, el consumo y la población.
Me imagino estos tres campos representados por un taburete de tres
patas.
Cuando me hablan de la
necesidad de incidir sobre el consumo, la población o la tecnología
suelo responder: ¿qué pata del taburete lo mantiene en pie?
Propongo esta metáfora para que la estudiemos.
¿Y por qué son
importantes las comunidades, dados los cambios que debemos hacer en
el plano físico? No hay manera de que lleguemos a una sociedad
sostenible si no abordamos e diseño de nuestras comunidades. Es
decisivo corregir los niveles de consumo de recursos de nuestras
comunidades. Es bueno saber que aquí hay personas que están
reduciendo el consumo de energía en sus comunidades, y no sólo de
energía. Sabemos cómo hacerlo técnicamente pero no lo estamos
haciendo.
Para saber en qué momento de la historia estamos es también importante abordar el lado social y humano. Revisando la cultura de la sostenibilidad, he descubierto tres períodos épicos y dos transiciones intermedias. El primer periodo, el Tribal, ha sido el más largo. Le siguió la transición a la agricultura y las ciudades, y después vino el Imperio. Creo que ahora nos encontramos en otra transición, tan profunda como la primera.
Para saber en qué momento de la historia estamos es también importante abordar el lado social y humano. Revisando la cultura de la sostenibilidad, he descubierto tres períodos épicos y dos transiciones intermedias. El primer periodo, el Tribal, ha sido el más largo. Le siguió la transición a la agricultura y las ciudades, y después vino el Imperio. Creo que ahora nos encontramos en otra transición, tan profunda como la primera.
Si
nuestras vidas son a veces un poco esquizofrénicas es porque nos
hallamos en medio de dos etapas. Muchas de las características de
nuestras vidas hoy son las de la era en la que entramos, la
Planetaria Sin embargo las actuales instituciones tienen su origen
en los pasados 5.000 años de era Imperial. Cuando digo instituciones
me refiero no sólo a los gobiernos sino también a la mitología que
utilizamos y de Ia que estamos empapados.
El
crecimiento de la población y la tecnología lo que han hecho es
acortar lo ciclos. El karma
nos vuelve con mayor rapidez. Muchos grupos de diferente índole
están dándose cuenta de que no hay beneficio personal si no es a la
vez beneficio para la comunidad y el medio ambiente. Es como si nos
viéramos empujados a lo que antes era más bien una cuestión moral.
¿Y qué tiene esto que
ver con las comunidades y las ecoaldeas? Creo que las ecoaldeas, las
comunidades sostenibles y los barrios con elevada conciencia
ecológica son los asentamientos ideales para impulsar la nueva
cultura. Y ésta no existe si no se comparte con otros. Si intentamos
trabajar a gran escala, la cosa se diluye en abstracciones. Sólo a
escala humana podemos descubrir a los demás y a nosotros mismos.
Cuando redactamos el
informe sobre ecoaldeas para Gaia Trust, tuvimos que definir la
ecoaldea y parece que la definición ha prendido: "una ecoaldea
es la escala humana", o sea, un lugar donde conoces a los demás,
un "asentamiento integral", no sólo una estructura de
viviendas, agrícola o empresarial sino todo ello a la vez, un
asentamiento donde las actividades humanas están integradas en el
medio natural de manera inocua.
Tan importante como la
relación con el medio natural es que el asentamiento sea soporte de
un desarrollo humano sano, y que haya un sentido de celebración en
él, como aquí en Findhorn.
Finalmente, la sostenibilidad. Es clave que "la vida de la comunidad pueda continuar indefinidamente en el futuro", de lo contrario, estaríamos hipotecando ese futuro Si traducimos esto al nivel práctico vemos que las ecoaldeas tienen hoy los siguientes retos:
Finalmente, la sostenibilidad. Es clave que "la vida de la comunidad pueda continuar indefinidamente en el futuro", de lo contrario, estaríamos hipotecando ese futuro Si traducimos esto al nivel práctico vemos que las ecoaldeas tienen hoy los siguientes retos:
Imaginémoslos como pisos
de un edificio. El primer piso es el estrato físico, o sea, los
sistemas biológicos: tratamiento de aguas residuales, producción de
alimentos animales, etc. Luego está el entorno construido:
edificios, carreteras, etc. Estos dos pisos son partes decisivas de
una ecoaldea y, a veces, son las más sencillas, al menos a juzgar
por la experiencia de quienes los han levantado
Debajo de todo está la parte humana: el sistema económico y el gobierno. Si éstos no están bien fusionados, los niveles superiores tampoco podrán estarlo.
Debajo de todo está la parte humana: el sistema económico y el gobierno. Si éstos no están bien fusionados, los niveles superiores tampoco podrán estarlo.
Sin embargo, para hacer
funcionar la economía, hace falta algún tipo de hilo conductor en
la comunidad, un espíritu, unos sentimientos y una cultura comunes
que mantenga unidos a sus miembros cuando se aborden los temas
difíciles. Y las dificultades muchas veces vienen del hecho de tener
que dar respuesta simultánea a muchas cuestiones; las relaciones se
resienten mientras las necesidades de nuestros hijos son también
diversas. El desafío del sistema en conjunto es lo que muchas veces
colapsa a los miembros de la comunidad o los unilateraliza.
Por tanto hay que
descubrir cómo conservar el equilibrio. Las ideas que en un tiempo
pensamos podrían resolver los problemas del mundo resultan hoy
insuficientes. Debemos encontrar el equilibrio entre lo comunitario y
lo privado, entre el presente y el futuro, entre las estructuras
tangibles (los edificios) y las intangibles (el corazón, la mente y
la voluntad). A propósito de esto, una de las trampas en la que creo
que caen las comunidades es el desequilibrio de estas tres partes.
Para mi, se trata, de nuevo de un taburete de tres patas.
¿Por qué ecoaldeas?
Sencillamente porque creo que es el lugar que mejor nos permite
entender la esencia de nuestro tiempo, que no es ni más ni menos que
ser parteros de la cultura emergente. Y esto no podemos hacerlo
individualmente sino con los demás y a una escala comprensible para
nosotros.
Y vamos con el tercer
taburete de tres patas: nuestra relación con el medio natural, con
los demás respecto a los temas políticos y sociales y la relación
con nosotros mismos en términos de salud, crecimiento personal y
espiritualidad. Todo ello forma parte de nuestro propio yo.
Los sociólogos han
trazado una curva en forma de "s" y le han dado el nombre
de "Difusión de Innovaciones". Según ésta, ¿qué
estrategias necesitamos si queremos ser agentes del cambio, parteros
de las innovaciones?
Las mejores estrategias
son las que van cambiando a medida que avanzamos en la curva. Ocurre
a menudo que se tiene una magnifica estrategia en el momento
equivocado.
¿Dónde están, pues,
las ecoaldeas? Creo que hasta ahora hemos estado en el terreno de la
"Experimentación" y de los "Proyectos Piloto" .
Por experimentación entiendo lo que los apasionados e irascibles
excéntricos se atreven a hacer. De esta etapa hemos aprendido mucho,
pero aún queda mucho por hacer.
Por otra parte, y aunque
los Proyectos Piloto deben continuar, vamos entrando en la etapa de
"Construcción de la Infraestructura y de los Sistemas de
Apoyo". Y no me estoy refiriendo a la carreteras y las líneas
eléctricas, sino a la infraestructura social y de comunicación, a
la Red Global de Ecoaldeas y a esta Conferencia misma. Me dirijo a
toda la gente que ha estado trabajando en ecoaldeas de una manera
aislada. Si nos mantenemos en contacto podremos aprender unos de
otros y entrar en la fase de "Popularización".
Los sociólogos han
descubierto que la mejor manera de divulgar una idea es contactar con
la gente que está interesada y motivada, y ayudarles a
desarrollarla, ignorando a los detractores. Si lo que queremos es
boicotear las innovaciones, lo mejor es reunirles a todos ellos y
enzarzarles en una discusión. Un espejismo que nos ha hecho creer la
democracia es que nada cambia si primero no hay una discusión
pública del tema y luego una acción gubernamental.
Bueno, pues esta no es la
manera como están cambiando las culturas. Los empresarios y
comerciantes lo saben muy bien: primero introducen un producto en un
mercado reducido, luego consolidan su consumo y de ahí pasan a
extenderlo a otros mercados hasta que logran tener una gran
influencia sobre el cambio social.
Una de las razones por
las que las "Políticas Electorales " van un poco
retrasadas en la curva es que el momento de meterse en esas políticas
es cuando pueden ganar votos. No quiero decir con esto que no haya
leyes que cambiar ni algunos espacios políticos en los que meterse,
sino que creo más necesario dedicarse a los "Proyectos Piloto",
construir la infraestructura, contactar con los que realmente están
interesados en lo que estamos haciendo y esperar el momento oportuno.
Esta conferencia llega en
un momento interesante. Creo que dentro de 5 años podremos decir que
"en esta conferencia se hicieron muchos contactos, se crearon
muchas redes, se profundizó en la comprensión y surgieron una gran
variedad de eventos.
Aprendimos a tener un
brillo especial en los ojos y al volver a ver a miembros estresados
de nuestras comunidades pudimos contestarles así: "Entiendo lo
que te pasa y, sin embargo, siento una gran alegría interior;
descubramos juntos la manera de arreglar el asunto" o lo que
sea.
Sabemos cultivar alimentos que no nos envenenan; sabemos construir espacios para los peatones y reducir drásticamente las necesidades de transporte, incluso sabemos bailar juntos y sabemos escucharnos. Si somos capaces de transmitir esta energía al mundo es que esta conferencia ha sido el germen de algo excelente.
Sabemos cultivar alimentos que no nos envenenan; sabemos construir espacios para los peatones y reducir drásticamente las necesidades de transporte, incluso sabemos bailar juntos y sabemos escucharnos. Si somos capaces de transmitir esta energía al mundo es que esta conferencia ha sido el germen de algo excelente.
Glen Ochre es una
activista social con pasión por el poder popular, los estilos de
vida y trabajo cooperativos y por la Madre Tierra. Se formó como
trabajadora social y es especialista en dinamización de grupos.
Glen
Ochre. Commonground P. O. Box 474. Seymour,
Victoria 3660. Australia
Tel.: +57 938257 Fax: +57 938400
Tel.: +57 938257 Fax: +57 938400
Es un placer estar aquí.
Todos lo dicen, pero es la verdad. Es maravilloso estar con 400
buenas personas que se preocupan realmente por el planeta. Esto me
anima mucho y espero que a vosotros también.
Formo parte de
Commonground, una pequeña comuna rural en Victoria, Australia, que
inicié hace 14 años. Éramos un pequeño grupo de revolucionarios
que trabajábamos en el área de desarrollo de bienestar social y
comunitario, que pensaba que las cosas podían hacerse mejor. Nos
preguntamos qué podíamos hacer por el mundo. De aquí surgió
Commonground, un recurso para el cambio social de la comunidad. Es un
lugar donde la gente puede venir para estar en el campo y
refrescarse.
Commonground tiene 95
acres de tierra preciosa. Hay un solo tejado, una sola mesa y un solo
bolsillo. Educamos a los niños entre todos. Han nacido 4 niños en
la comuna y los compartimos (muchos nos preguntan si los niños saben
quiénes son sus padres. Pues sí, lo saben). Somos una familia muy
unida. No somos propietarios de la tierra en el sentido tradicional
de la palabra: no podemos venderla ni sacar beneficio de ella. Esto
es importante. Ninguna persona individual puede beneficiarse de
Commonground. En su día pusimos todo el dinero en una bolsa y
compramos la finca.
El "aglutinante"
de la comunidad (lo que nos mantiene unidos) es todo lo que ocurre
por debajo de nuestros cuellos. Es una zona muy importante y gran
parte de ella es intangible. Creo que necesitamos modelos de vida
cooperativa y oportunidades para compartir los recursos de una manera
diferente. En Australia hay mucho territorio y la tendencia de la
gente es a separarse entre sí, pero yo creo que necesitamos
acercarnos. Creo firmemente en esta necesidad y apuesto con
entusiasmo por ello.
Yo puedo aportar mis años
de experiencia. Ahora tengo 51. Empecé siendo una joven e idealista
activista social y ahora soy mucho mayor y más idealista aún.
Quiero aportar mi experiencia de trabajo con muchos grupos que están
haciendo lo mismo que nosotros estamos intentando, encontrar maneras
de trabajar juntos.
Tengo un ilimitado
optimismo en nuestra capacidad para encontrar caminos humanos hacia
la sostenibilidad porque creo que internamente lo deseamos. Parece
que en todos nosotros hay un gran anhelo de pertenencia al medio y de
equilibrio con él. Y puede que tengamos miedo de ello. Muchas
personas vienen a Commonground y dicen: "Oh, es maravilloso. Lo
que estáis haciendo es sencillamente fantástico, pero yo no podría
hacerlo... "
Cuando hablo de
comunidad. no quiero decir que la gente necesite vivir en una comuna
como la nuestra: hablo de grupos que viven y trabajan juntos de tal
manera que hay interdependencia.
Esta es una palabra clave
para mí: a un nivel, confiamos los unos en los otros.
Otra palabra clave que
uso para definir comunidad es "intencionalidad", es decir,
que elegimos vivir juntos. La comunidad es la concreción de nuestro
anhelo de pertenencia. En un tiempo, tuvimos una comunidad y en parte
la seguimos teniendo, es como si lo recordáramos.
Es un recuerdo de hace
miles de años y de alguna manera estamos intentando volver a ese
pasado, conectar con él y con ese sentido de pertenencia, y ello me
llena de esperanza.
Me gustaría celebrar
esto y hacer un pequeño ejercicio juntos. Levantémonos. Cogeos las
manos entre vosotros, que nadie tenga una mano libre. Ahora cerrad
los ojos y sentid las manos que estáis tocando. Quizás sean las
manos de un extraño. Sentid su textura, su temperatura, su forma.
Moved vuestra mano dentro de la del otro.
Efectivamente son las
manos de un extraño y, sin embargo, son las de vuestra hermana o
hermano, hay una conexión profunda y que viene de muy atrás. Lo
sabemos y lo anhelamos. Es como una memoria genética que nos dice
que conocemos esas manos desde que eran aletas y nadábamos juntos.
Hay un hilo genético
desde entonces hasta ahora, que tenemos piernas y brazos. Son manos
que a lo largo de estos miles de años han crecido y se han
desarrollado y han hecho cosas tan hermosas como recolectar,
cultivar, amar, parir, sostener al moribundo, hacer magia, bailar.
Las manos son, a través de la memoria genética, el punto de
conexión. Y en esas manos, en esas manos preciosas y sagradas que
sostenéis, está la sabiduría y el conocimiento que necesitamos
para que el mundo entre en la siguiente etapa. Sentid lo precioso de
esas manos y su magia. Apretadlas suavemente y ahora miradlas. Y
ahora, sentémonos despacio.
Es en esta conexión en
la que se basa mi esperanza de que encontremos caminos hacia las
ecoaldeas y las nuevas formas de vida que tan valientemente estamos
construyendo.
Pero, desgraciadamente,
la esperanza no es suficiente. No es suficiente ser buenas personas
(porque sé que lo somos). Tampoco las buenas intenciones bastan.
Muchos grupos (buena gente con buenas intenciones), se han hundido, y
a menudo han sufrido daños. Tampoco basta con las infraestructuras,
aunque sean importantes. Podemos conseguir un equilibrio perfecto
entre lo privado y lo comunitario, permacultura y hasta nuestros
propios excrementos compostados, todo...
El asentamiento puede ser
perfecto pero nosotros somos imperfectos. Y digo esto con cariño. Y
es que llegamos con un montón de equipaje, y lo llevamos con
nosotros a la vida comunitaria.
En primer lugar estamos
educados en la propiedad privada. Hemos hecho un profundo cambio
desde que nos establecimos y dejamos de pertenecer a la tierra y
pasamos a poseerla. Creemos que debemos poseer la tierra, guardarla,
mejorarla y protegerla, entonces competimos en vez de cooperar. La
mayoría de nosotros está educado en la competitividad. Creo que
debemos investigar en nuestro corazón cómo sentimos nuestra
relación con la tierra . (Yo tengo una relación con un árbol de
450 años, al que amo mucho, y cuando viajo llevo una foto de él,
igual que la gente que lleva fotos de sus hijos. Bueno, pues a menudo
pienso en poseer este árbol... qué curioso).
Tampoco estamos
preparados para la cooperación dada la educación que recibimos.
Puede que en el subconsciente tengamos muchas buenas ideas sobre
cooperación, pero acordaros del asunto del cuello: nuestro cuerpo no
acaba aquí.
Por debajo del cuello
tenemos muchos mensajes grabados que están en contra del compartir y
de la cooperación. Creo que estamos muy desconectados de nuestros
sentimientos. Se nos ha hecho creer que éste era un terreno difícil
y peligroso, así que nos instalamos en la mente, reprimimos el resto
y consiguientemente lo relegamos al inconsciente.
Pero no nacimos así,
¿no? Los niños no son así. Ellos expresan sus sentimientos. ¿Qué
e ocurrió entonces? Supongo que lo primero es que nuestros padres ya
fueron educados en esta mentalidad; lo segundo, es que muchas cosas
nos han herido, desde las más terribles (como la guerra, la pobreza,
la violencia y el abuso sexual), hasta las menores, por el hecho de
vivir en un mundo que no tiene en cuenta nuestros sentimientos,
nuestra alma.
Al niño se le enseña
que los sentimientos y muchas opiniones no son buenas, que son
inaceptables. "A la gente no le gustará que las tengas y te
rechazarán", se le dice al niño. Cuando somos bebés somos muy
dependientes, y si no se nos ama y cuida, morimos. A mi me parece que
todos tenemos este temor profundo a ser rechazados. Es el terror que
sentimos cuando nuestra vida está en peligro. Por eso, cuando
algunos asuntos pequeños nos resultan tan problemáticos es porque
sentimos este temor al rechazo. Se nos ha enseñado a tapar todo
esto.
Afortunadamente, si
investigamos nuestros sentimientos, hallamos una parte que confía,
que brota del interior para conectar. Lo que pasa es que enterramos
esta parte, igual que una gran proporción de la creativa, lúdica e
intuitiva, y nos apostamos en la torre mental. Pero en el nivel
inferior están buena parte de nuestras necesidades y deseos. Son
esas necesidades profundas de las que nos han dicho que es mejor no
hablar porque en cualquier caso no pueden ser satisfechas. Pero hay
unos asuntos internos que debemos tratar. Algunas personas hablan de
estos asuntos con una cierta truculencia; en realidad es el
subconsciente que está trabajando. Pero, de nuevo, necesitamos
aprender el lenguaje del subconsciente.
Ahora supongamos que nos
ponemos a trabajar en los procesos cooperativos, los que ligarán a
los miembros de la comunidad entre si. Tenemos el lugar perfecto, una
buena sopa en la olla, todo en su sitio y nos disponemos a crear esos
procesos cooperativos.
¿Cuáles serán sus
elementos constitutivos? Veamos primero los más evidentes y luego
los menos.
Necesitamos
una Filosofía
Clara.
¿Qué nos une? ¿Por qué?
Necesitamos
una Conexión
Espiritual.
El
Ingreso en la comunidad también
es importante. ¿Con quién queremos compartir? ¿Cuáles serán los
criterios de ingreso?
Necesitamos
Estructuras
y Procesos;
estructuras legales, de ingreso y de salida. A algunos no les gustan
las estructuras, por ejemplo a los viejos hippies como yo. Pero no
debemos temerlas: las estructuras se pueden cambiar.
También
necesitamos Métodos
de Decisión Colectiva.
A los grupos que toman las decisiones por consenso les recomiendo que
aprendan estos métodos. Así mismo pasa que tenemos un concepto un
poco ingenuo de la toma de decisiones, algo así como sentarse en
circulo y cogerse de las manos. Existen formas creativas de tomar
decisiones por consenso.
Necesitamos
saber qué Expectativas
de los demás tenemos, cuánto tiempo esperamos que aporten, cuánto
dinero, cómo ayudar en la educación de los niños.
Necesitamos
Tácticas,
Estrategias y Acuerdos.
¿Cómo hacer las cosas y cómo llegar a acuerdos? A veces los grupos
utilizan los acuerdos para evitar el conflicto y para no tener que
hablar entre ellos. Escribimos nuestras Tácticas y Estrategias para
prever todas las eventualidades, pero esto no funciona, porque
siempre hay situaciones impredecibles y, entonces, tenemos que
hablar.
Necesitamos
Métodos
de Resolución de Conflictos
Otra
cosa por la que siento una gran pasión es nuestra
Conexión y Relación con el Exterior.
No creo que sea cuestión de desaparecer y cocerse en la propia
salsa. Me considero una activista social y una revolucionaria y
quiero seguir siéndolo. Es importante el nexo con el mundo.
Lo
siguiente es la Valentía.
Es obvio que necesitamos ser valientes para trabajar juntos y
afrontar las dificultades. No sé de dónde se saca la valentía pero
la hallaremos entre todos.
Pasemos
ahora a la parte más pegajosa del "aglutinante". Lo
primero es observar nuestros Corazones
(fijaos que están por debajo de nuestros cuellos). Para cambiar algo
debe producirse un cambio en el corazón primero.
También
tenemos que aumentar nuestra Autoestima
porque ella nos hace más tolerantes con los demás, quienes, en
definitiva, son como nosotros .
La
Tolerancia
y la Generosidad
son esenciales. Es aquello de pensar: "bien, me ha hablado con
brusquedad pero es que tiene un mal día, no me lo voy a tomar a
pecho". Creo que la Aceptación de nosotros mismos nos conduce a
un mayor grado de Perdón.
También
debemos Dejar
Pasar,
y no sólo en las cuestiones triviales, sino especialmente en las
importantes. Escuchar,
con nuestros corazones. Así, con un poco de suerte, también
podremos hablar con el corazón.
Así
mismo, necesitaremos Perseverancia
y Paciencia.
La
Habilidad
para Negociar
es importante también. Algunas personas hablan de seguridad en los
grupos. Bien, creo que la Seguridad
y la Confianza
en el grupo se derivan de todo lo anterior.
Podemos
añadir un poco de Esperanza,
Optimismo, Suerte
y, no nos olvidemos, un poco de Diversión.
Tiene que ser divertido, con muchas fiestas y celebraciones.
Luego
está, cómo no, el Amor,
el que se deriva de apartar el miedo y descubrir que podemos conectar
con los demás.
Para
acabar, tenemos ese gran poder, la Bondad
Colectiva.
Y ahora quiero acabar
cantándoos una canción. No soy cantante pero me gusta cantar. Dice
así:
El
poder se mueve, en el cambio de estación
El poder se mueve, a través del conocimiento antiguo
El poder se mueve, a través de la tierra y el sol
El poder se mueve, a través de todos
El poder se mueve, a través del conocimiento antiguo
El poder se mueve, a través de la tierra y el sol
El poder se mueve, a través de todos
3. DEFINIENDO
NUESTRO PROPIO DESTINO: REVITALIZAR CIUDADES Y PUEBLOS,
por
Jill Jordan
Jill Jordan es
consultora en desarrollo comunitario, conferenciante y dinamizadora
de desarrollo cultural. Su aportación ha sido clave en algunas
iniciativas comunitarias en Maleny, Australia. Ve en el desarrollo
económico comunitario una alternativa a los sistemas convencionales,
caracterizados por unas instituciones complejas y alejadas del
individuo y del entorno.
Jill Jordan, P. O. Box
87. Maleny Q4552 . Australia
Tel +61 74 943312 Fax +61 74 943363
Tel +61 74 943312 Fax +61 74 943363
He vivido en la comunidad
de Maleny, que es una pequeña ciudad de Queensland (iba a decir
cerca de Crystal Waters, pero en realidad es Crystal Waters la que
está cerca de Maleny) durante 25 años. Quiero explicaros el proceso
de la toma de poder por parte de los miembros de esta comunidad en
los últimos 20 años aproximadamente.
La
historia comienza en los 70. Maleny era uno de esos núcleos rurales
pequeños muertos que hay en Australia y el resto del mundo
occidental. La tierra era barata y había un flujo de pobladores
hacia ella. Cuando llegamos a Maleny, faltaban muchos suministros,
como por ejemplo alimentos integrales. Así que empezamos a
cultivarlos.
Un día, media docena de
nosotros (muchas cosas comienzan con la reunión de media docena de
personas) pensó que podríamos cubrir una parte de nuestra
necesidades alimentarias con una cooperativa de productos ecológicos.
Así empezó nuestro primer negocio. Todos teníamos una cierta
formación, éramos de clase media, blancos y ninguno había montado
un negocio antes. Queríamos disponer de alimentos biológicos y
poder vender los excedentes. Era el año 1978.
Lo primero que decidimos
es que la cooperativa sería para todo el pueblo, aunque éste lo
ignoraba entonces. Abrimos la primera tienda y la gente del lugar nos
miraba con recelo. Hacíamos cosas "raras" como reciclar
frascos de cristal y bolsas de plástico Pero las mujeres mayores se
fijaron en esto, en valorar los recursos escasos, algo que ellas
conocían muy bien; así que entraron a la tienda. Al principio se
limitaron a traernos sus frascos y bolsas. Vieron que vendíamos
productos locales y preguntaron si ellas podían traer los suyos.
Poco a poco la gente del
lugar se fue implicando. Hoy la cooperativa tiene 650 miembros y 60
productores, y genera 450.000 dólares al año. Una pequeña y
exitosa operación se convirtió en una grande y exitosa operación.
En
1979, Bill Mollison, "la madre" de la Permacultura, se fue
a los EE.UU. y volvió a Australia entusiasmado con el movimiento de
inversiones éticas. En 1983 nos invitó a una docena de nosotros a
conversar sobre el tema, tras lo cual nos urgió para que volviéramos
a nuestras comunidades y creáramos nuestras propias instituciones
financieras. Ya éramos conscientes de que hacía falta capital para
crea una comunidad.
Tentamos bastantes
habilidades técnicas pero nada que impresionara a un banco. Llevé
la propuesta de Mollison a una asamblea de la cooperativa y tuvo una
gran acogida. Así que creamos !a Institución Crediticia Maleny en
1984. Esta institución se encuentra en el centro mismo de Maleny y
sirve a 3.000 miembros.Tiene un capital de 9,5 millones de dólares y
ha concedido 21 millones en préstamos para adquirir tierras, casas y
pequeños negocios, que han revertido en la comunidad.
Cuando se administra una
organización financiera multimillonaria uno se da cuenta de que hay
problemas inherentes al dinero. No importa si administras bien, si
consigues abaratar costos o si estrechas el espacio entre los que
tienen dinero y los que no tienen: los ricos son más ricos y los
pobres más pobres.
Pero
aquí, de nuevo, nuestra entrañable Permacultura viene a
rescatarnos. Lea Harrison, otra estupenda profesora de permacultura,
estaba en los EE.UU. trabajando cuando se encontró con Michael
Linton, quien había inventado una estrategia económica alternativa
llamada LETS, Sistema de Comercio e Intercambio Local (que
posteriormente se transformó en Sistema de Comercio y Empleo Local y
posteriormente en Sistema de Transferencia de Energía Local). Este
sistema permite comerciar sin dinero. Recupera el concepto de que la
riqueza de una comunidad reside en sus bienes y servicios, no en su
dinero. En la actualidad tenemos una economía dual que satisface
todas nuestras necesidades.
Lo maravilloso de LETS es
que no sólo es una herramienta económica sino también un
cohesionador de la comunidad. En Maleny, el LETS cuenta con 800
miembros y produce unas 25.000 unidades al mes.
Tres años después de la
creación de la Institución Crediticia, se produjo el derrumbe de
Wall Street. De la noche a la mañana, las tasas de interés en
Australia bajaron de 17% a menos del 9%, pero las tasas de la
Institución Crediticia se mantuvieron en el 13 %. Nunca hemos
seguido las tasas de interés del exterior.
De hecho, la gente del
lugar vino en tropel a depositar su dinero. Nosotros les dijimos que
utilizaríamos su dinero en proyectos locales y que, si no les
interesaba, era mejor que se fueran. Bueno, algunos lo hicieron pero
otros dejaron su dinero y hoy son de los inversionistas más
importantes.
Creo que las dos áreas
en las que la gente necesita tomar el poder son el sistema monetario
y el gobierno. Este último tiene una influencia diaria sobre
nosotros.
Hacia
1991 otra mujer y yo fuimos elegidas para el Ayuntamiento. Esto
suponía que una parte de la comunidad extendida de Maleny accedía
al poder. Así, pudimos introducir algunos cambios, hicimos públicas
las reuniones e impulsamos la participación local, realmente
reducida y conservadora hasta entonces. Así mismo creamos la Fuerza
Rural Especial, que surgió de una consulta comunitaria mientras
estábamos en el Ayuntamiento.
Esta Fuerza la componían
180 personas y su cometido era velar por que se hiciera un uso
sostenible de la tierra, no sólo en beneficio de las personas de la
comunidad, sino de toda la ciudad.
En
1993 vimos nacer nuestro primer gremio, el de artesanía, que comenzó
con tres artesanos. Hoy hay 23 y tienen una tienda con una amplia
gama de artesanías. También se creó un cineclub, para que
pudiéramos elegir las películas que queríamos ver. En 1994
decidimos que había llegado el momento de abrir un Club de la
Cooperativa, un lugar donde se ofrece buena comida, bebida y música
local en vivo. Está actuando como catalizador de la comunidad.
Trabajamos con tesón y también tocamos con tesón.
También se ha abierto un
Centro de Aprendizaje de la Cooperativa. Y ha surgido el Grupo
Colinas Verdes de Maleny, que tiene una estrategia interesante. Lo
crearon los profesionales y los hombres de negocios de la ciudad
después de que el Ayuntamiento volvió a los negocios convencionales
tras las últimas elecciones, lo que significaba desarrollo a toda
costa. Estas personas se reunieron y decidieron que no aceptaban la
situación.
La
comunidad ha llegado a controlar sus asuntos de tal manera que ha
creado una Fundación que le permite comprar tierras que, de otra
manera, serían explotadas por el gobierno local. Como podéis ver,
hemos llegado a ser una comunidad que sabe lo que quiere y, lo más
importante, que sabe cómo conseguirlo.
Ahora Maleny está en un
punto interesante. Con la experiencia acumulada, muchas personas han
creado organizaciones. Empezamos con lo básico, la comida y el
dinero; luego seguimos con la tierra, las casas y la energía; luego
la gente fue creando sus propios ingresos y finalmente, la cultura,
la comunicación y la educación. Es el mismo proceso que se ha dado
en otras comunidades. Creo que ha sido un proceso bastante orgánico.
Lo que quiero deciros es
que lo que hemos construido en Maleny puede hacerse en cualquier
lugar. Maleny es especial pero igual lo son otras comunidades. Nos
hemos dado cuenta de que aunque las estrategias sean diferentes, los
elementos son los mismos, y extrapolables a todo el mundo.
En
primer lugar, deben responder a una necesidad, una necesidad comunal.
No importa cúan buena sea la estrategia, si no responde a una
necesidad de la comunidad, no despegará. También se necesita a
alguien que vele por esa estrategia. Personas que inventen
estrategias y personas que mantengan la perspectiva.
Lo siguiente es no hacer
proyecciones sobredimensionadas: más vale un éxito pequeño que una
gran derrota. Si comenzamos pequeños y sostenibles, nos mantendremos
sostenibles.
Finalmente, el desarrollo
de habilidades es importante. Y no sólo de las técnicas,
administrativas y financieras, sino sobre todo de las
interpersonales: aprender a ayudar a la gente a tomar decisiones
importantes y a resolver conflictos. Si reúnes a un grupo de
personas, sabes que habrá conflictos y, sin embargo, sin
organizaciones no se puede avanzar.
Ahora quisiera hablar de
la manera de poner en práctica estas estrategias en la comunidad; es
muy diferente revitalizar ciudades y pueblos que crear "asentamientos
verdes", como nosotros les llamamos.
Nuestras
relaciones con la gente de Maleny al principio fueron de
confrontación. Fuimos bastante maleducados. Considerábamos enemigos
a los granjeros y les reprochábamos el mal uso que hacían de la
tierra. No comprendíamos que estaban haciéndolo lo mejor que sabían
ni que temían perder su medio de vida; porque nuestra llegada
representaba, de alguna manera, una amenaza a su continuidad.
La
vieja ética dice que hay dos tipos de personas: las que dicen lo que
se debe hacer y las que lo aceptan. Pero la toma de poder que
nosotros proponemos significa que todos asuman la responsabilidad de
sus decisiones. Esto último es radicalmente opuesto a la antigua
manera de pensar y, sin duda alguna, es amenazador.
Es importante averiguar
de dónde viene ese miedo y trabajar con él (personalmente estoy en
este punto de crecimiento personal, y estoy haciendo avances).
Reconocerlo y encontrar la manera de superarlo.
Os
voy a explicar algunos métodos para sobreponerse a ese miedo...
Ofrecer mucha información, permanecer receptivos y dar tiempo para
que la gente cambie de opinión. Estudiar las habilidades de cada
uno. Por ejemplo, si queréis saber qué árboles plantar en la zona,
debéis ir al carpintero y preguntar. Hay realmente muy pocas
personas que se nieguen a darte ayuda cuando se la pides. El miedo se
resquebraja con el trato directo y la comprensión.
Ahora quisiera comentar
los problemas que nos hemos encontrado a la hora de crecer. Cuando
existe una comunidad viva, es como acercar las polillas a una llama.
En
Maleny hemos tenido un crecimiento anual del 8'5 %, lo cual es
muchísimo. Esto crea problemas, sobre todo con la gente mayor,
quienes se sienten desplazados al pasear por la calle y no conocer a
nadie.
Cuando hay un movimiento
de gente hacia un lugar, sólo el 30 % consigue un trabajo en la
zona, en la construcción, el comercio y en el desarrollo derivado
del mismo crecimiento; y se debe ayudar al otro 70% a generar su
propio trabajo. Para nosotros es importante estar abiertos como
comunidad y ofrecer oportunidades a las personas que quieren
incorporarse.
Ahora tenemos en Maleny a
gente de otras partes de Australia que viene a aprender sobre el
terreno para luego aplicarlo a sus comunidades de origen. Lo que os
vengo a decir es que todo lo que habéis oído es aplicable en todo
el mundo y que está bien que se haga.
Cada comunidad es única,
tiene sus propias habilidades y su diversidad. Nuestro deber es dar a
nuestras comunidades la capacidad de funcionar por si mismas, a su
manera, potenciando su idiosincrasia.
Helena Norberg-Hodge.
es directora de la Sociedad Internacional para la Ecología y la
Cultura, miembro fundador del Foro Internacional sobre Globalización,
y de Codoca (Consejo para el Desarrollo Sostenible de Asia Central).
Desde 1975 ha trabajado con los Ladakh en modelos de desarrollo
alternativos.
Para conseguir el
texto original o para información relativa a la SIEC (incluido
grupos de estudios comunitarios) por favor ponerse en contacto con la
International Society for Ecology and Culture, o Helena Norberg-Hodge
21, Victoria
Square
Clifton Bristol, BS8 4ES, UK
Tel +44 (0117) 973 1575 Fax +44 (0117) 974 4853
Clifton Bristol, BS8 4ES, UK
Tel +44 (0117) 973 1575 Fax +44 (0117) 974 4853
Para mí, el movimiento
de ecoaldeas representa una de las más esperanzadoras e importantes
tendencias actuales a nivel global. El deseo de un creciente número
de personas de vivir de una manera gratificante en el plano social y
espiritual, y sostenible económicamente, puede crear los modelos que
necesitamos para el nuevo milenio. De hecho, estoy convencida de que
el Norte debe abrazar esta causa porque es quizás la única manera
de evitar la catástrofe social y el colapso medioambiental.
Pero
para entender el significado de las ecoaldeas, es esencial examinar
las tendencias interrelacionadas de la economía mundial y el rápido
crecimiento de las ciudades. Impulsada mediante acuerdos como los de
Maastricht, GATT (Acuerdo Global sobre Tarifas y Comercio) y NAFTA,
la globalización de la economía constituye la mayor sacudida social
desde la revolución industrial.
Las
consecuencias de estos acuerdos son tremendos: aumento del crimen,
violencia fundamentalista y xenofobia; paro y pobreza crecientes;
pérdida de autoestima, de comunidades e incluso de democracia. Pero
a pesar de estos penetrantes y poderosos cambios, pocos son
conscientes de las derivaciones de estos acuerdos.
Basados en el dogma
simplista de que el "libre comercio" es bueno para todos,
se están imponiendo estos cambios sistemáticamente (de nuevo,
anclados en un paradigma económico estrecho y obsoleto) sin la
implicación de la gente y, a menudo sin el entendimiento de sus
múltiples efectos por parte de los políticos.
Un problema importante es
que el sistema global se ha vuelto tan complejo y vasto que pocos
pueden reconocer sus limites. Sin embargo, para invertir la tendencia
y ayudar al crecimiento del movimiento de ecoaldeas es esencial saber
cómo funciona el sistema económico.
Mucha
gente, especialmente los activistas de base y las mujeres, se inhiben
en cuanto oyen "comercio" o "economía". Suelen
pensar que estos temas tan importantes son tan abrumadores, que creen
que no pueden hacer nada. Pero, precisamente, entender de economía
produciría el efecto opuesto, sentirnos más dueños de nuestro
poder.
Es necesario conocer la
visión de conjunto de un sistema expansionista dirigido por enormes
monopolios y basada en la idea de la "ventaja comparativa".
Esta
teoría, en la base del crecimiento permanente, fue formulada
originalmente por Adam Smith y Ricardo y dice así: "A nivel
local no hay que producir una gran variedad de productos para el
propio consumo; habrá más prosperidad si la producción es
especializada y basada en la exportación".
En un cierto sentido, la
aplicación de estas ideas puede haber producido los efectos
opuestos, pues durante casi 200 años los gobiernos proindustriales
han estado subvencionando a ciegas y fomentando más y más comercio
sin valorar su impacto en la sociedad y el medio ambiente.
Para decirlo
sencillamente, este proceso comenzó en la era colonial cuando
grandes compañías como la de las Indias Orientales empezó a sacar
provecho de las materias primas baratas de las colonias. Al
principio, estas compañías vieron sus actividades recortadas por
las leyes antitrust, pero con el tiempo (y en parte a causa del
avance tecnológico) se hicieron tan grandes que consiguieron el
control monopolístico del comercio mundial y, por tanto, de las
economías nacionales.
Estas grandes empresas
multinacionales no se han hecho poderosas por una actitud
conspiradora consciente, pero han acabado por tener más poder y
riqueza que los propios gobiernos.
Estas empresas están
detrás de las políticas que afectan nuestras vidas; sobre todo, han
contribuido a fomentar los tratados de Comercio "Libre".
Los medios de
comunicación de masas están controlados por estos mismos monopolios
y fomentan de forma incuestionable las ideas de globalización, así
como, a través de la publicidad, la avidez por el consumo que es la
base para su subsistencia.
Se nos dice que estos
tratados nos unen, pero, de hecho, han elevado la competitividad y el
paro increíblemente. Estos procesos no sólo nos separan sino que
han creado y exacerbado las tensiones étnicas.
Un cierto grado de
especialización en la producción y el comercio global quizás pueda
elevar el nivel de vida a nivel mundial. Pero hemos obviado cómo
nuestras propias políticas económicas han ayudado a crear y
fomentar los monopolios.
Por
ejemplo, en Kenia la mantequilla holandesa cuesta la mitad que la
nacional.
Cualquier niño se
preguntaría: "¿Es esto eficiente? ¿Por qué se transporta la
mantequilla a 10.000 millas de distancia? Las grandes empresas son
favorecidas mediante subsidios indirectos y con el apoyo de ciertas
legislaciones.
El dinero de los
contribuyentes se dirige cada vez más hacia el comercio y el
transporte en detrimento de los pequeños productores y empresas. En
España, por ejemplo, aunque todavía hay preciosos mercados con
productos frescos de granjas cercanas, la influencia de los grandes
es tal que el ajo importado de China se vende a la mitad de precio
que el español.
La presión psicológica
para formar parte de la monocultura global es también muy
destructiva.
A la gente joven de los
países desarrollados se le ha hecho desear los productos importados
a través de modelos estereotipados y una estrategia de mercado que
inculca en la gente el sentimiento de que "los productos locales
son una mierda y los importados buenos"
Por ejemplo, las mujeres
en China se están operando los ojos para que parezcan occidentales.
En Occidente, las mujeres tampoco pueden vivir al nivel de las
expectativas creadas para ellas a través de los medios de
comunicación de masas. Deberíamos tomar conciencia de cómo la
economía global competitiva nos está haciendo sentir "mierda"
creándonos una sensación de inadaptabilidad.
De igual manera, se
considera "utópico" proponer la ruralización de América
o Europa y, en cambio nadie se rasga las vestiduras porque China
planee instalar a 440 millones de personas en las ciudades en las
próximas décadas.
Esta "modernización"
china es parte del mismo proceso que ha provocado crecimientos
urbanos incontrolables en todo el Sur, de Bangkok a Méjico, Bombay,
Yakarta y Lagos, ciudades donde el paro es muy elevado y hay millones
de personas sin casa o que viven en infraviviendas: el tejido social
se está deshilachando.
La urbanización continúa
incluso en el Norte. Se están desmantelando sistemáticamente las
comunidades rurales y su población llevada a megalópolis
suburbanizadas. En los EE.UU., donde sólo el 2% de la población
vive en el campo, las granjas están desapareciendo a un ritmo de
35.000 al año.
Es imposible ofrecer este
modelo al resto del mundo, donde la mayoría se gana la vida como
granjeros. Sin embargo, quién hay que diga:" ¡Somos demasiados
para ir a la ciudad!"
Por el contrario, se nos
dice que la urbanización es necesaria a causa de la superpoblación,
e implícitamente afirmando que la centralización es más eficiente
y que las poblaciones urbanas consumen menos recursos.
Pero si estudiamos los
costes reales de la urbanización en la economía global, la verdad
es la contraria: las ciudades de todo el mundo consumen recursos
intensivamente. Los sistemas centralizados y a gran escala son, casi
sin excepción, más dañinos para el medio ambiente que la
producción adaptada a las necesidades locales, diversificada y de
pequeña escala.
La comida y el agua, los
materiales de construcción y la energía se deben transportar a
grandes distancias mediante infraestructuras de alto consumo
energético. Los desechos concentrados de las ciudades deben
transportarse en camiones e incinerados con un gran coste para el
medio ambiente. Sus torres iguales de aluminio y cristal con ventanas
que nunca se abren, hasta se les debe proveer de aire mediante
ventiladores, bombas y energía no renovable.
Desde los barrios más
ricos de París hasta los arrabales de Calcuta, la población urbana
depende del transporte para su comida, de tal manera que cada unidad
energética de comida necesita varias de consumo de petróleo y
cantidades significativas de contaminación y basura.
Y lo que es más, estos
centros urbanos occidentalizados (en el Brasil tropical, el árido
Egipto o la Escandinavia subártica) utilizan todos el mismo reducido
espectro de recursos y desprecian los métodos que se adaptan mejor
localmente y que utilizan los recursos del lugar, el conocimiento y
la biodiversidad.
Aunque a los niños de
los pueblos pesqueros noruegos les gusta comer bacalao y la gente de
la llanura tibetana prefiere su común cebada, cada vez más se les
induce a comer lo mismo. A la gente en todo el mundo se la empuja a
la monocultura, destruyéndose así la diversidad cultural y
biológica.
La economía global
urbanizante está creando así una escasez artificial; ignora los
sistemas locales de conocimiento y educa a los niños a ser
dependientes de una economía altamente centralizada. Las
consecuencias son tasas elevadísimas de desempleo, competitividad
creciente y conflictos étnicos en ascenso.
Precisamente porque hay
tanta gente, se debe abandonar el modelo de economía global que sólo
puede alimentar, dar casa y ropa a una pequeña minoría. Es esencial
apoyar sistemas inteligentes y modelos económicos basados en un
verdadero entendimiento de la diversidad de las regiones, y sus
climas. suelos y recursos. Es esencial apoyar el movimiento de
ecoaldeas
Como carecemos de
formación económica somos inconscientes de las conexiones entre la
economía y la dimensión espiritual y psicológica de la vida.
Estoy convencida de que
los seres humanos tenemos un gran anhelo de conectarnos con la tierra
y entre nosotros. Esta ansiedad por conectarnos se puede ver en casi
todos los aspectos de la vida: en el campo de la salud, donde la
dirección apunta a reconocer la interdependencia entre tierra,
cuerpo, mente y espíritu; en arquitectura, donde hay una tendencia a
relacionar las estructuras con las peculiaridades del clima y el
lugar; en agricultura, que cada vez se aleja más de la industria
agroquímica y se acerca a los métodos ecológicos, incluso a nivel
institucional; y, por último, pero no menos importante, en el
movimiento de ecoaldeas que busca fusionar toda esta ansiedad por
conectarse.
Sin embargo, las fuerzas
macroeconómicas están minando estos esfuerzos separando a
productores y consumidores y expulsando la población rural a las
ciudades.
En Occidente hay
concepciones muy profundas que coadyuvan a estas fuerzas. Hay una
tendencia a pensar que las inquietas áreas urbanas son el centro de
la cultura y la diversidad, y las pequeñas comunidades locales
puntos aislados donde la estrechez de miras y los prejuicios son la
norma. Tampoco es de extrañar.
El proceso de
industrialización ha supuesto la sistemática eliminación del poder
político y económico de las zonas rurales, junto con la
consiguiente merma de autoestima de su población. En las comunidades
pequeñas hoy la gente está viviendo en la periferia mientras el
poder e incluso lo que llamamos "cultura" está
centralizado en otro lugar.
Durante generaciones se
ha estado marginando la vida rural en Occidente, por lo que los
occidentales tienen una visión distorsionada de lo que puede ser la
vida en las comunidades pequeñas.
Incluso en el Tercer
Mundo, hecho de pueblos, el colonialismo y el desarrollo han dejado
una marca indeleble. Para saber cómo son las comunidades cuando la
gente conserva el poder económico real, deberíamos retrotraernos
(cientos de años atrás en algunos casos) a antes de que estos
cambios ocurrieran.
Yo vi con mis propios
ojos cómo la cultura comunal y confiada de Ladakh (o el Pequeño
Tíbet) se transformó con el desarrollo económico. La cultura
tradicional se caracterizaba por su vitalidad, alegría y tolerancia,
valores claramente conectados con la autoestima y el control de la
propia vida.
El desarrollo económico
significó el desmantelamiento de la economía local, o lo que es lo
mismo, el poder local de decisión se trasladó de los pueblos y las
casas a centros burocráticos en lejanas ciudades; los niños fueron
educados en un estilo de vida que nada tenía que ver ni con los
recursos locales ni con sus mayores; la gente se vio de repente
invadida por los medios de comunicación de masas e imágenes
publicitarias que presentaban la vida urbana como excitante e
importante y la vida del campesino como atrasada y primitiva. La
consecuente pérdida de poder y autorrespeto han generado una
mentalidad mezquina y de estrechas miras, así como división y
fricciones. Si las fuerzas económicas continúan minando la
autoestima y la vitalidad cultural, la vida rural futura en Ladakh no
será muy diferente de la de cualquier ciudad pequeña típica de
Occidente.
Otro mito manido cuando
pensamos en ecoaldeas y economías de escala humana es el de "hay
demasiada gente como para volver a la tierra". Se olvida con
demasiada facilidad que la mayor parte de esta población (sobre todo
del Tercer Mundo) vive en la tierra.
Ignorarla, es decir,
hablar de la urbanización como si fuera una condición inherente a
las personas, es peligroso pues no hace sino incitar a la
urbanización misma.
En el Norte, donde la
mayoría nos hemos separado de la tierra y entre nosotros tenemos que
hacer grandes avances. Pero incluso en regiones muy urbanizadas, es
posible hallar la conexión con el lugar y con las personas.
Las ciudades pueden
recobrar su carácter regional, ser más habitables y menos gravosas
para el medio ambiente si se rehace de nuevo el tejido de las
comunidades pequeñas dentro de ellas y se dirige su actividad
económica hacia los recursos naturales locales.
Nuestro trabajo será más
fácil si apoyamos las comunidades locales que quedan y a los
pequeños granjeros; ellos son la clave para reconstruir la base
agrícola sana de unas economías más diversas.
Mucha gente cree que sólo
hay dos modelos económicos: el comunismo centralizado y el
capitalismo de las multinacionales aún más centralizado.
Hay incluso quien dice
que, tras la victoria en la guerra fría del capitalismo de las
multinacionales, "la historia ha acabado". Sin embargo, hay
una tercera alternativa, una alternativa de descentralización que
permite a la gente diseñar el terreno de juego de los negocios a
través de procesos democráticos y un gobierno sensibilizado.
De esta manera, la gente
podría participar en determinar qué ayudas deben concederse y qué
límites poner a las actividades económicas. Para lograr esto, se
deberían reformular los tratados de Maastricht y el GATT.
Si se eliminaran los
subsidios ocultos, el movimiento de las ecoaldeas podría crecer con
bastante naturalidad.
- CRISTAL WATERS, UNA ALDEA DE PERMACULTURA EN AUSTRALIA, por Max Lindegger.
Max es un cualificado
diseñador de permacultura desde 1981, ha trabajado en unos 750
proyectos, incluyendo la aldea de permacultura de Cristal Waters
(Aguas Cristalinas) y trabaja en el desarrollo de ciudades y pueblos
ecológicos en toda Australia. Es co-editor de “lo mejor de
Permacultura”, y vive en Cristal Waters, en Queensland, Australia.
Max
Lindegger, 59, Cristal Waters. MS 16, Maleny 4552, Australia Tfn.:
+61 74944741 Fax: +61 944578
Crystal
Waters se encuentra aproximadamente
a 100 Km al norte de Brisbane, en Queensland, Australia, con unos 640
acres (259 Has) de clima subtropical. Fue diseñada de acuerdo con
los principios y la ética de Permacultura por Robert Tap, Geoff
Young, Barry Goodman y yo mismo.
Entendemos
que una aldea de Permacultura está diseñada y mantenida
conscientemente para optimizar y equilibrar el ecosistema del entorno
natural y la gente que vive en él.
Actualmente
en Crystal Waters viven cerca de 200 personas, y a la larga podrán
llegar a vivir 300, que es la capacidad de diseño. Las edades
oscilan entre la de los bebés y los 93 años de nuestro residente
mayor.
Hay
una gran variedad de negocios y ocupaciones, ya que al estar en un
medio rural, la mayoría de la gente tiene que llevar consigo su
trabajo o ser creativos.
Crystal
Waters es una mezcla de propiedad privada y comunitaria.
El
14% del terreno se ha dividido en 83 parcelas privadas. El área de
visitantes y la aldea ocupan otro 6%. El 80% restante es común e
incluye pequeños lagos, zonas para agricultura y horticultura,
bosques...
Nos
vemos a nosotros mismos como aspirantes a eco-aldea, no somos ya unos
bebés, pero aún no somos adultos. Nos queda un largo camino que
recorrer.
No
veo Crystal Waters como un modelo a copiar, ya que está diseñada
para nuestro clima de Australia, y nuestros sistemas sociales y
económicos. Pero aún así, creo que se puede aprender algo de
ejemplos que no queremos o no podemos copiar.
Cuando
Robert Tap y yo fuimos a ver a los urbanistas, nos dijeron que era
una bonita idea, pero que sería imposible por dos razones: No nos
permitirían construir aldeas nuevas en Queensland a no ser que
fuéramos una compañía minera (y no teníamos intención de serlo),
y la otra razón era que para la densidad permitida en las zonas
rurales sólo podríamos hacer 16 parcelas.
Bien,
tanto Robert como yo y unas 200 personas más estamos ahora viviendo
en Crystal Waters. Así que parece que lo imposible, a veces es
posible.
Y
espero que este hecho pueda animar a la gente aunque se tope con
dificultades y con alguien que diga: “No, no podéis” y “No
deberíais”. Y quizá esto signifique que tengáis que cambiar
algunas leyes.
Creo
que el tener la herencia de haber sido Australia un país de
convictos ayuda muchas veces: no aceptamos un no por respuesta.
Me
gustaría explicaros los lugares que me han influido.
La
aldea de Raza al sur de Suiza me influyó desde que era pequeño, y
continúa haciéndolo. Tiene muchos de los elementos de
sostenibilidad que reconocemos ahora.
Utilizaban
los materiales locales, las piedras que sacaban de los campos. Sabían
cuáles eran sus límites, estaban unidos. Tenían su símbolo de
espiritualidad en el centro. Su crecimiento estaba limitado por la
cantidad de comida que podían cultivar. Pero pasó algo inusual.
Mientras
tenía esta aldea como símbolo de sostenibilidad, con el tiempo su
población disminuyó de 113 a 12 personas... Después de la guerra,
la gente comenzó a irse a la ciudad para trabajar y estudiar, sólo
quedaban los viejos.
Creo
que lo que tenemos que aprender de este ejemplo es que los tiempos
cambian. Tenemos que asegurarnos de que nuestras eco-aldeas puedan
hacer frente al cambio constante que vendrá y mucho más deprisa.
También
tenemos que recordar que hay que cuidar a la gente mayor, no sólo a
los jóvenes y niños y los que quedan en medio que pueden cuidarse a
sí mismos. Tenemos que asegurarnos de que todos están incluidos en
la aldea.
Nos recuerda asimismo lo que es
realmente suficiente. ¿Nos damos cuenta de cuáles son nuestros
límites? Creo que hay que reconocer que tenemos que establecer
límites naturales. Hemos de aprender lo que la palabra “suficiente”
significa realmente.
Los lugares de encuentro son otra parte importante
de una eco-aldea. En Suiza los hornos servían de punto de encuentro
para las mujeres. A medida que aparecían con un montón de leña y
los ingredientes para hacer pan, irían hablando sobre problemas,
soluciones, y probablemente había un poco de cotilleo, pero éste
también es importante.
En
los últimos años hemos estado derribando estos lugares donde la
gente puede reunirse. Necesitamos modelos nuevos. No necesitamos
construir más hornos de pan pero sí algo que ocupe su lugar. Si nos
separamos entre nosotros, como provocan a menudo las planificaciones
urbanísticas, no sólo nos negamos la compañía, nos negamos la
sabiduría de la gente mayor.
Cuando
estamos implicados en el diseño de una aldea, como estoy yo ahora,
hay una tendencia a olvidarse de la gente. Pensamos mucho más en la
infraestructura y en la obtención de energía, telecomunicaciones y
carreteras. Pero hay que recordar que el diseño de una aldea en
realidad trata de gente.
Tenemos
la responsabilidad de mantener el lugar donde vivimos. Al heredar
lugares limpios, agua y aire limpios, heredamos también la
responsabilidad de mantenerlos.
Los
nativos americanos hablan de siete generaciones. Lo que hemos
heredado nosotros viene de las últimas siete generaciones, y hemos
de mirar muy bien lo que hacemos con algo que heredarán las próximas
siete generaciones.
Esto
nos hace darnos cuenta como diseñadores que no estamos decidiendo el
color del papel de la pared, estamos tratando del lugar donde la
gente vive y donde esperamos vivirá por mucho tiempo.
Crystal
Waters produce un impacto en su entorno: creamos infraestructuras, e
intentamos minimizar el impacto que producen. Llamamos a nuestras
carreteras vías de acceso” ya que sentimos que el lenguaje es algo
bastante importante. Una vía de acceso es algo más privado y de
pequeña escala, las construimos y mantenemos nosotros mismos.
Construimos
estructuras, y damos a cada persona de Crystal Waters lo que llamamos
un manual del usuario. Son 50 o 60 páginas de información que les
explica lo que creemos que hay detrás del diseño.
Les
decimos que deben tener en cuenta el impacto que ejercerán con los
materiales de construcción, y de dónde vienen éstos: ¿vienen de
un bosque húmedo tropical o subtropical? ¿proviene de un lugar
cercano? ¿requiere mucha energía para su producción?
¿Qué
efectos te produce cuando lo usas? ¿Qué pasará en futuras
generaciones cuando alguien tenga que derruir este edificio? ¿acabará
en una incineradora o en un vertedero de materiales tóxicos, o se
mezclará con la tierra?
Intentamos
animar a la gente para que adapten sus casas al paisaje.
Esperamos
que pronto seremos capaces de producir aquí el 70 o 75% de nuestras
necesidades básicas de comida.
La
gente va construyendo sus casas y estableciendo sus lugares de
trabajo.
6. LETS:
SISTEMAS DE TRANSFERENCIA DE ENERGIA LOCAL.
Maddy y Tim Harland.
Este
artículo es un extracto de “Programas Comerciales de Intercambio
Local:
¿Dinero
Verde o Construcción de Comunidades”? por Maddy y Tim Harland
Contactos:
LETSLINK
Irlanda: Tom Simpson (Dublin) 8380 722 ó 8374 673,
Anna
Felton (Dublin)
282 0884
LETSLINK
Escocia. Contactos
e información: Leslie Rowan (07786) 464517
LETSLINK
Gran Bretaña: Contactos e información: Liz Shephard (01985)217871
INTERCAMBIO DE PERMACULTURA. Plan LETS de ámbito nacional para la comunidad de Permacultura, Gran Bretaña: Andy Langford yJane Hera,8 Helen Road, Oxford OX2ODE. UK
Tel. +44 (0)1865)
721922. heraford@gn.apc.org
A
veces se define LETS sólo como dinero “verde” alternativo o como
una forma sofisticada de trueque. Creemos que esta concepción es
bastante limitada. El LETS no tiene por qué reducirse a los
intercambios materiales; puede evolucionar, y de hecho lo hace en
algunos lugares, como una manera de reconstruir los lazos dentro de
la comunidad, devolviendo a la gente el poder perdido en el estrecho
marco del actual sistema monetario.
Más
que únicamente un sistema de intercambio comercial, LETS puede ser
un “Plan de Transferencia Energética Local” multifuncional.
Mono-dinero
El
dinero puede cumplir muchas funciones para quienes lo tienen, pero al
perseguir sucios intereses lucrativos, las funciones pueden reducirse
a una sola. Es muy común hoy en día que la gente trabaje los fines
de semana y por las tardes (además de sus horas habituales) bien por
un deseo adictivo de conseguir crecientes cantidades de dinero o bien
por la simple necesidad de sobrevivir.
El
dinero tiene también la característica de alejar a la gente :
cuanto más dinero tenemos, más tendemos a relacionarnos con gente
de dinero como “iguales sociales” y más aislados nos quedamos.
El dinero también genera secretismo (pensemos por ejemplo en las
cuentas bancarias suizas), elitismo, plutocracia y el control de la
tierra; quienes no tienen dinero quedan sin poder, tanto a nivel
social como psicológico y físico.
Pero
el dinero no es intrínsecamente malo sino nuestra temeraria
tendencia a acumularlo; esto le da poder a él y no a nosotros.
LETS como liberador
Como
contrapunto fresco y liberador, los Sistemas de Transferencia
Energética Local nos permiten recuperar el poder, nos liberan del
miedo y recuperamos muchas de las funciones del dinero.
Dejamos
de estar limitados a ser “solamente” un operador informático o
un desempleado. Podemos hacer de cangur@, costurer@, jardiner@,
agricultor/a ecológic@, artista, leñador/a, pintor/a, poeta,
mecánic@, aromaterapeuta, lo que quieras con el LETS podemos
hacerlo, nos da mayor versatilidad y la posibilidad de practicar
facetas que, de otra manera, serían irrealizables.
En
un LETS no hay secretos. El plan ofrece información sobre sus
usuarios, sus habilidades, sus aficiones y su número de teléfono;
por lo tanto de los recursos disponibles en la comunidad. LETS crea
puentes y conexiones, ayuda en la creación de redes y abre el
corazón de la comunidad uniendo a la gente en vez de separarla.
Ayuda
a las personas y a la comunidad a llevar a cabo proyectos positivos:
terrenos en permacultura, grupos de compra, cooperativas de productos
ecológicos, planes de construcción, plantación de árboles, etc.
También genera salud al promover la calidad de vida y el bienestar,
y permite el acceso gratuito o a muy bajo coste a formas de medicina
preventiva y natural, alimentos ecológicos, e incluso a intercambio
de casas y casas de vacaciones.
En
un plan LETS todos pueden participar, al margen de cual sea su
formación, ideario o nivel económico. En principio, no hay
restricciones; no excluye a mujeres, niños, amas de casa con niños,
parados, trabajadores “no profesionales” ni los de menor
movilidad.
Tampoco
los “aventajados cronológicamente” están excluidos; la
experiencia, tan ignorada e infravalorada en nuestra sociedad, puede
convertirse en un gran valor:
¡Imagínate
un plan de aprendices dentro del LETS en el que los mayores pudieran
transmitir su saber a los jóvenes!
No
existen las personas sin cualificación. Más bien vivimos en una
sociedad que hace creer a una parte de sus miembros que no tiene
ninguna cualificación. El LETS puede liberarnos de este corsé.
Así
que LETS no es un sistema de dinero verde unidimensional o una
alternativa al dinero (concepciones limitadas); LETS es el poder, es
verdaderamente democrático, y una herramienta importante en la
construcción de comunidades sostenibles.
Lo
que sigue es un extracto de un folleto publicado por el grupo LETS de
Southe East Hampshire (GB), de los que Tim y Maddy son miembros
fundadores.
Cómo funciona
Los
miembros comercian con habilidades y servicios en el LETS utilizando
unidades de intercambio llamadas “hamlets”. En el LETS los
miembros ganan hamlets ofreciendo sus habilidades a los demás
miembros de la red y se gastan estos hamlets comprándoles sus
habilidades. Al contrario que en el trueque, no tienes por qué
venderle al mismo al que has comprado.
Al
utilizar la lista de habilidades regularmente puesta al día, los
miembros demandan servicios o acuden a las tiendas o negocios del
sistema. Escriben una nota de la transacción con el valor acordado
de los bienes o servicios recibidos, que luego envían al coordinador
del LETS para hacer las cuentas.
Los
miembros pueden pedir informes y ver el estado de cuentas en todo
momento así como en las reuniones trimestrales. A éstas acuden los
administradores del grupo LETS de South East Hampshire, conocidos
como los directores, y el núcleo central, que actúa bajo su
consejo. Las reuniones son abiertas, para que todos los miembros
puedan participar en las decisiones. Los administradores son elegidos
por los miembros en una reunión anual.
Un ejemplo de comercio dentro de LETS
Al
unirme al sistema me envían una copia del acuerdo de adhesión, un
talonario de 50 transacciones y un “panel de anuncios”. Este
tiene 10 líneas reservadas para mí; en ellas escribiré los
servicios y bienes que solicito y los que ofrezco. Los míos, junto
con los de los demás miembros, conforman la guía de ofertas y
demandas clasificada por categorías. Esta guía, junto con las
sucesivas actualizaciones, está incluida en el paquete del
suscriptor.
Sentada,
hojeando la guía, me acuerdo que tengo que publicar un folleto.
Necesita un poco de diseño gráfico y esto es algo para lo que no
sirvo. Ahora mismo no encuentro un diseñador. Pero, espera, Emma
ofrece diseños gráficos en la red LETS.
La
llamo y quedamos que ella hará el trabajo por 50 hamlets. Ah,
también necesita 5 € para cubrir los costos de material de
papelería. Hacemos el trato.
Esa
semana tengo el diseño gráfico hecho, así que entrego a Emma una
nota por 50 hamlets y obtengo de mi banco convencional 5 € para sus
gastos. Emma envía la nota a la oficina de LETS.
El
administrador retira 50 hamlets de mi cuenta y los ingresa en la de
Emma. Ella tiene ahora esos 50 hamlets, y está pensando en que Luis
le tapice su sofá.
Por
mi parte, no debo nada a Emma. Sólo me he comprometido a dar 50
hamlets de trabajo a los miembros del plan, a todos ellos y a nadie
en concreto. Hay muchas maneras de hacerlo: Tomás necesita que le
ayuden a pintar y decorar, Lucía unas clases de informática, yo
podría cortar unos troncos y ofrecerlos.
No
se trata de trueque. Con él, yo tendría que haber arreglado el sofá
de Emma (nada halagüeño para las dos) o no habría habido trato.
Con LETS, no sólo podemos comerciar sino que podemos hacerlo en los
términos que deseamos.
Los beneficios
Sólo
pueden utilizarse los hamlets para comerciar localmente con los
miembros del Grupo LETS de South East Hampshire. Esto promociona las
tiendas y los servicios locales, estimula la economía local y ayuda
a la comunidad a prosperar.
Una
gran ventaja del LETS es que puedes empezar a gastar antes de ganar.
De hecho, es esencial que alguien lo haga ya que el sistema no cuenta
con moneda. Así, la primera transacción sólo puede pagarse si
alguien se compromete”.
Se
utiliza esta expresión en vez de deuda” porque no hay ninguna
connotación negativa en tener un balance negativo en el LETS (así
como ningún recargo de interés).
De
hecho, el total de balances negativos ha de equivaler al de los
balances positivos del principio. El compromiso se establece con la
comunidad, y sin éste, el sistema no puede funcionar.